Don Juan regresa a su Sevilla natal después de un largo destierro. Cuando llega, ve que su padre ha muerto y que le ha dejado en herencia todos sus pertenencias con la condición de que se case con Doña Inés, la hija de un amigo muy querido. Al principio, Don Juan dice que ya está casado, para liberarse de esa carga, pero finalmente le dominan sus impulsos de conquistador.