Mallorca, 30 de julio de 2009. Una bomba explota en un coche de la Guardia Civil, cerca del puerto mallorquín. El suceso acaba con la vida de dos agentes. La policía activa inmediatamente la denominada 'Operación Jaula'. Ningún medio de transporte puede entrar ni salir de la isla, incluyendo, obviamente, las embarcaciones privadas. Este hecho real tendrá consecuencias inmediatas para los protagonistas de esta historia.