Cuando Dulce Miele se hace daño en la pata, tiene que quedarse en la cama y descansar en lugar de ir a disfrutar de la gran aventura con la que llevaba tanto tiempo soñando. Dulce Miele está muy desilusionada y muy gruñona. Para tranquilizarla y alegrarla un poco, Tarta de Fresa y sus amigos se dedican a contar historias y cantar canciones hasta que Dulce Miele se pone más contenta. Total, que un día que había empezado muy mal, ¡se convierte en un día de lo más agradable!