Ayudando a Natalie a recuperar una bicicleta perdida, Monk recibe por accidente un balazo en la pierna, que lo obliga a estar en silla de ruedas. El detective se vuelve insoportable y no deja de culpar a su asistente, a la vez que debe investigar el caso del robo de unas semillas de un laboratorio de ingeniería agrícola.