Las tropas del general sublevado Gonzalo Queipo de Llano se hacen con la ciudad de Sevilla en una violenta batalla que se desarrolla en la Plaza Nueva el 18 de julio de 1936. Al mismo tiempo, el general Varela consigue someter a la ciudad de Cádiz, cuyas autoridades republicanas muestran su derrota enseñando un pañuelo blanco desde una de las ventanas del Gobierno civil, el 19 de julio. En Córdoba, el encargado de materializar el golpe es el coronel Ciriaco Cascajo, quien el mismo día 18 consigue derrocar a las autoridades republicanas de la ciudad.