Tras ser tratado por el médico Baresi, Roberto se recuperará y no perderá la visión. Romeo se ha sacrificado por el bien de su familia y ahora debe abandonar la aldea rumbo a Milán. Durante el trayecto, Luini le indica a Romeo que vaya a la ciudad de Locarno y lo espere allí. En el camino, Romeo es confundido por un ladrón de manzanas, pero es salvado por Alfredo, un chico que también se dirige a Milán para convertirse en limpiador de chimeneas como Romeo. En Locarno, la bolsa de viaje de Alfredo cae a un río tras serle robada, por lo que Romeo se lanza al río para tratar de recuperarla.