Francisco llama a Cristina para hablar de la broma de los terribles, pero atiende Melanie y se hace pasar por su mamá, salvándoles el pellejo. Leo está escondido con Grachi-pez, pero los chicos lo descubren y Mía la vuelve a la normalidad. Todos le cuentan a Grachi que Leo la quiso secuestrar, y Leo se queda muy deprimido. Para amigarse, Leo le regala el medidor de poderes, pero Grachi lo rechaza. Daniel no soporta la injusticia y explota, renunciando a los Tiburones. Leo se le declara a Grachi.