Todo el mundo le echa en cara a Joel el que siempre se ponga morado en todas las cenas a las que le invitan sin que haya tenido todavía el detalle de invitar a sus amigos a una velada en su casa. Intentando arreglar la situación, Joel prepara una cena, pero su incapacidad como cocinero, combinada con las pocas ganas que le pone al evento, convierten la reunión en poco menos que un desastre, sobre todo cuando los invitados parecen haberse intoxicado debido a la ingestión de unos champiñones en mal estado.