Araragi, ignorando en un principio la advertencia de Oshino de no involucrarse más en este incidente, visita la casa de Hanekawa y queda impactado por lo que encuentra. Regresa a su casa y convence a sus hermanas de que tampoco se involucren en el incidente del Gato Maldito. Pasan unos días y Hanekawa sigue sin aparecer. Araragi vuelve con Oshino y lo encuentra gravemente herido por sus numerosos encuentros con el Gato Maldito. Más tarde, Araragi consigue encontrar y hablar con la Gata Maldita que ocupa a Hanekawa. Más calmada y menos violenta ahora, le dice que la deje a su aire para aliviar el estrés de su ama.