Después de que el mentor de Conlon, un juez federal, sea asesinado, detienen a los asesinos. Uno de ellos es declarado culpable y sentenciado a la pena de muerte, pero al otro se le diagnostica un retraso. Aunque Conlon y el hijo del juez quieren la pena de muerte para ambos, Annabeth y Maureen insisten en investigar si el hombre discapacitado merece realmente la pena capital.