Kyoko siguió a su verdadero amor y amigo de la infancia Fuwa Sho a Tokio. Esto es para que ella pudiera ayudarlo a alcanzar su sueño de convertirse en un ídolo. Ella limpia, cocina, trabaja en tres trabajos y no hace nada por sí misma, aunque no recibe nada a cambio, porque lo ama mucho. Ella permanece devotamente a su lado hasta que un día va sin avisar a su agencia con una entrega y lo oye hablar de ella. Sho le revela a su manager que solo la llevó con él como sirvienta y que no se preocupa por ella en absoluto. Al escuchar esto, Kyoko se enfurece violentamente por arrojar comida y llorar. Ella es detenida por el personal de seguridad, pero acepta un desafío burlón de Sho de unirse al mundo del espectáculo para vengarse.