Gintoki es encárcelado injustamente por culpa de un guardia, el cual además resulta ser el alcalde de la prisión en la que encuentra, una vez dentro se las arregla para convertirse en el jefe de los prisioneros. Con su subordinado Shachi a cuestas, Gintoki planea un motin para buscar en la habitación del alcalde algo incriminatorio, entendiendo que el castigo será fatal si son capturados.