Puente Viejo resurge de sus cenizas, tras el incendio provocado por el psicópata Fernando Mesia, muerto a manos de María. Tres años después, en 1930, las revueltas obreras marcarán la vida de sus habitantes que trabajan en la mina de la Marquesa de El Viso o en la fábrica de hojalata de la familia Solozábal, dos miradas opuestas sobre el mundo. Francisca Montenegro, desde las sombras, intenta recuperar su casa y sus tierras, mientras su marido la busca incansablemente.