Poncio Pilato ordena la crucifixión de Jesús para mantener la paz y satisfacer a su pueblo. Abrumado por la culpa de haber traicionado a Jesús, Judas se ahorca en el desierto. Tres días después, Caifás recibe la noticia de que la tumba ha sido abierta y que Jesús ha desaparecido.