A Andrea le gusta escuchar el canto de Matilda, un canario que es de su amiga Monse. Cierto día, Andrea descubre que Matilda no se mueve y Monse le dice que está muerta, pero para Andrea el tema de la muerte es algo nuevo, porque ella no sabe qué es morirse. Emilia, mamá de Andrea, no quiere explicarle a su hija el tema de la muerte como parte de la vida, pues quiere conservar a su hija inocente, Rosalba, abuela de Andrea, no está de acuerdo y piensa que deben hablarle a la niña con la verdad y llamando las cosas por su nombre, pues Andrea sólo sabe que cuando alguien deja de moverse es porque murió. Andrea comienza a tener pesadillas, pero sobretodo miedo, miedo a que el canario que le regaló su abuela o alguien cercano a ella muera.